domingo, 23 de octubre de 2011

Aprendiendo a ser padres efectivos de nuestro Padre Celestial

     En nuetra última conversación hablabamos de la relación saludable que debe haber entre el creyente y el Padre celestial, entre nuestros hijos y nosostros. Me disponía a compartir que el mismo principio del que Dios nos enseña en la familia es el mismo principio que se aplica en la Iglesia de El Señor. Es sencillo pues los creyentes somos la Familia de Dios donde Dios es nuestro Padre y los dirigentes (pastores, lideres) somos administradores, padres. 
     Yo soy administrador de mis cuatro hijos no soy dueño de ellos, el dueño es Dios y El me los dió para que  los cuídara e hiciera una labor excelente instruyéndolos, guiándolos, pastoreándolos para luego dar cuentas a Dios de mi administración. No es diferente en la iglesia los líderes somos guias, administradores, el Duenño es Dios porque El fué quien pagó el precio por cada vida. El guia no se impone, no obliga, no demanda en cambio ejemplífica, modela, muestra el camino a seguir con demostración de conducta. 
     Cuando hablamos de conducta hablamos de el conjunto de respuestas que una persona tiene ante diferentes situaciones ( esto es como tu mismo te conduces o te guías) y eso es lo que somos simplemente guias. Cuando somos débiles en conducta y carácter tenemos que recurrir a otros métodos para tratar que las personas obedescan como gritar, amenazar, infundir miedo, intimidar. Entonces pensamos que somos efectivos porque ya sean nuestros hijos o sean las personas en la congregación vemos que se someten u obedecen. 
     Pero la pregunta es, están ellos felices, crecen, dan fruto, se desarrollan o solo son autómatas que no se deleitan ni en Dios ni en lo que hacen ? Y cuando cometen un error, tiemblan de miedo como quien espera un castigo o corren arrepentidos a su guia (padre) como el hijo pródigo. El hijo pródigo (Lucas cap. 15:11-32) en su crisis se acordó de la casa de su padre y de el ejemplo de su padre en cuanto a justicia, trato y cuidado (verso 17). Se acordó del ejemplo de su padre y ni siquiera en cuanto a como hijo sino como empleado porque como hijo le oimos decir al padre en el verso 31 hablandole al hijo mayor "todo lo mío es tuyo.                                                                                                                                                                                                        
     En ocasiones he escuchado citar la escritura en el libro de Hebreos cap.13:17  donde exhorta a sujetarse a los que guían pues son los que han de dar cuentas a Dios por los que están a su cargo y esto es muy cierto pero debiéramos complementarla con el verso 7 de este mismo capítulo que habla de los que predicamos la Palabra de verdad que se nos exámine cual ha sido nuestra conducta he imitar nuestra fé. Fé es el resultado de creerle a Dios y como le hemos creído nos esforzamos en caminar como El, a la manera de Cristo pues el que le ha visto a El (Cristo) ha visto al Padre. El problema es que no permitimos ser exáminados, corregidos pues sólo Dios en persona dicen algunos es quien me puede corregir actuando de esta manera altiva, arrogante y dando de esta manera oportunidad al enemigo el diablo de entrar y hacer estragos.
     Entendamos amigos administradores que permitir ser exáminados es permitir ser cuidados, protegidos y quien no tiene duda que fue llamado ni tiene duda sobre su llamado ni tampoco tiene nada en oculto tampoco temerá ser supervisado. Jesús nos enseñó en Juan 13 cuando le lavó los pies a los discípulos y les indicó que entre otras cosas era un ejemlpo de humildad pero también un acto de limpieza que debían practicar entre ellos mismo. Como también nos exhorta El apóstol Santiago en su libro en el cap.5:16 que practiquemos la comunión unos con otros (confesándonos unos a otros) donde podemos ser libres de cargas que nos son tropiezo para el camino y de esta forma nos cuidamos unos a otros.                                                                                                                                                                                               
     Amigo lector permíteme compartir algo que ha sido de gran bendición en mi vida y que se aplica tanto en nuestra familia natural como en la familia de la fé.La sujeción y obediencia tiene un origen (diseño) y un principio, se llama Jesús. El nos enseña a sujetarnos, El lo hizo con el Padre celestial,  y lo hizo hasta la muerte porque El entendía que convenía porque al sujetarse era cuidado. Yo no me sujeto a Jesús porque el me obliga me sujeto porque me conviene, porque así soy cuidado. Y me sujeto porque El se lo ganó, El me convenció con sus hechos. 
     Efesios capítulo 5:21-33 habla de la sujección de unos con otros y aunque generalmente aplican esto al matrimonio entre un hombre y una mujer también habla al creyente individual. Si prestamos atención nos expone que Jesús se entregó por tí y por mí demostrando su amor incomparable y dándonos la evidencia más auténtica de su cuidado y ante esa demostración quién no se rinde ? No es lo mismo sujetarme porque he probado que sujetándome soy amado, cuidado con auteticidad que hacerlo porque alguien simplemente lo manda. Esta es la gran diferencia entre la gracia y la ley, de servir por amor o por obligación. 
     Una causa gozo, deleite, disfrute y disposición sin límites, la otra a largo plazo cuando las millas cuentan causa fastidio, cansancio, opresión se vuelve algo insípido sin gusto. De esta forma muchos abandonan las filas, se desaniman y descubre que el amor del que se le habló y se profesa no tiene fundamento, no tiene raíces profundas y no se parece al de Jesús que nunca cambia.                                                                                                                                   Continuaremos hablando y compartiendo de este principio que es tan importante en El Reino de los Cielos. Te bendigo en el Nombre de Aquel que nos amó sin límites, que nos cuida y produce en nosotros el querer como el hacer por su buena voluntad agradable y perfecta. Búscalo, se llama Jesús y si te apartaste del lado de El, regresa no hay nada más seguro y hermoso que estar a su lado. 
     Dios te bendiga.
                

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